Como
lo he comentado en varias participaciones del foro, la primera sensación que tuve cuando ingrese a la docencia, fue de “Compromiso,
responsabilidad y reto” para poder enfrentar
las necesidades de los alumnos y el poder desarrollar las clases diarias. Antes
de mi primera sesión ya tenía la preocupación y solía constantemente hacerme
una pregunta:
¿Cómo habría de plantear y desarrollar las actividades
para que mis alumnos desarrollaran conocimiento y habilidad dentro de mis
asignaturas?
Les
repito, “Dibujo Técnico” fue la
capacitación de inicio que tuve al ingreso de mi contratación en bachillerato posteriormente
“Diseño grafico”, que son las asignaturas que ahora atiendo. La falta de
experiencias lúdicas de enseñanza y el conocimiento para desarrollarlas fueron
mis primeras problemáticas a las que he tenido que enfrentar. Tras documentarme
y pedir ayuda a diversos compañeros
entendí que estas facultades y destrezas no solo se desarrollan o las enseñan
en las escuelas Normales donde egresan maestros de profesión, pues muchos a los
que acudí para que fuera asesorado afirmaban:
“…Serás
tu quien deba plantear las formas, los materiales, las actividades, los estilos
y los mecanismos para enseñarlos o evaluarlos, apégate al programa y avanza de
forma ordenada, planea y documéntate”
Debía
entender el significado de esta frase, aunado a los problemas que ya había
detectado en el plantel para reconocer las condiciones físicas del mobiliario
donde habría de impartir esta asignatura, las condiciones que reinaban no eran
las más óptimas para las actividades de dibujo técnico diarias. No existían
recursos para que se compraran banquillos de dibujo, luminarias, ni
computadoras modernas o proyectores. Recuerdo las palabras del director para
ese tiempo:
“…Trabaja
con lo que está a tu alcance y posteriormente, si tu desempeño es bueno iremos
buscando como mejorar lo que solicitas, mientras tanto plantea formas de mejorar
el espacio con ayuda de los estudiantes y refléjalo en sus calificaciones”
Una
respuesta fuera de lugar, extraña, muy común de nuestro país, Afligido, descubrí que el directivo no se
preocupaba por tener condiciones óptimas para que un alumno se desarrolle con
comodidad dentro del plantel, solo se preocupaba por salvar recursos y que el
docente era quien debía sortear con suerte sus necesidades. Tenía en mí contra
un panorama aterrador: Una dirección
con nula visión de desarrollo. Con
el tiempo y la experiencia ganada, fueron surgiendo carencias personales dentro
del aula, muchas veces las actividades resultaban pobres y sobraba tiempo de
clase, otras me resultaban muy extensas y a veces costosas para ser tratadas
individualmente, muy poco flexible en la evaluación, no cabe duda que debía proponer
un equilibrio y adecuar lo necesario. Estos y otros factores fueron mis
indicadores básicos para determinar si mi práctica docente era la más acertada.
Mi
meta de cada asignatura la he orientado de
tal forma que sea útil para la vida y una base para el estudiante en su siguiente
etapa de formación en universidades y tecnológicos. En este punto me siento
bien, tranquilo hasta este momento, pues
es aquí donde mi experiencia laboral ha jugado un papel muy importante para poder
atender temas que son de mucho impacto que
a veces son un extra al temario;
siempre he afirmado que una clase, no
solo sirve para manejar números, conocer la historia o la naturaleza, sino
también es un buen espacio donde se deben infundir valores, modales, es un
espacio que sirve a la lectura, a la reflexión y la conciencia de lo que pasa
en nuestro país.
Algo
que me ha impactado como docente, es la visita de ex alumnos al plantel y que
han tomado la iniciativa de visitarme para hacer aportaciones y agradecimientos
hacia mi persona, me han expresado su gratitud por mis aportaciones, han expresado que lo que asimilaron, les ha
servido perfectamente en su nueva etapa de formación al seguir dentro de la
línea de estudio (Ingeniería, Arquitectura, Licenciaturas en Artes Visuales, D.
Grafico), esto es lo que me ha hecho pensar que quizá no esté tan mal y que la línea de cambio y superación es la más benéfica. Con esto puedo
decir:
“Un
docente no es quien enseña mucho o poco, no es amigo o enemigo al momento de
calificar, es quien enseña para la vida, para que un ser humano se pueda valer por
sí mismo con el saber, con sus valores, con sus buenas actitudes”
Esta es mi percepción que ahora
tengo de ser docente.
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